jueves, 26 de abril de 2012

Estiércol de caballo



El estiércol de caballo, muy pajoso, obra más pronto que el del carnero, pero sus efectos son aun menos durables que los de este último. El estiércol de caballo conviene particularmente a los terrenos fríos y pegajosos. Es menos útil a los suelos ligeros y arenosos. Este estiércol entra muy fácilmente en fermentación. Es necesario regarlo continuamente para que no se consuma por su propio calor. Su naturaleza ardiente lo hace emplear muchas veces en establecimiento de los criaderos. Una práctica muy ventajosa es la de mezclarlo con el estiércol de carnero y de cerdo. Se le hace perder de esta suerte una buena parte de las tendencias que tiene a quemarse. El mejor consejo que se puede seguir en el caso de poner aparte el estiércol del caballo es cubrirlo de tiempo en tiempo con una capa de tierra. La bondad de este estiércol depende igualmente del género de alimentación de estos animales.

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